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PEDREGOSA TIERRA

     A los viejos profesores de materias humanísticas en la Enseñanza Media, víctimas de la incuria de los tiempos digitales y de leyes de políticos y pedagogos resentidos (que en su día fueron –no cabe pensar otra cosa- malísimos estudiantes).

Cómo vender a las almas blandas el hueso del sentido
cuando con medios vastos, refinados, infinitos,
la época hoza y se reboza en su embolismo ciego.
Y cómo proponer a quien no los lleva dentro
(y quienes los llevan cada vez son menos)
el regalo de la angustia conquistada,
la belleza que asesina sin piedad,
la pregunta necesaria y sin respuesta.
Todo es pedregosa tierra para esta semilla
y ni con amor el saber llega.

El hombe de antiguas letras